Si me dejas
La irrealidad de mis pensamientos me satura, mi corazón apasionado no deja de latir y de entregarse en cuanto es posible a aquella alma que muestre interés en su portador.
Es porque ya no estás más en mi realidad, pero desde ahora vivirás en una dimensión etérea, en otro mundo, en mi mundo ideal.
Porque fuiste tan querida que no puedo descartarte, no puedo simplemente echarte al olvido. Prefiero tenerte cerca mío, donde mi mente pueda alcanzarte con mis manos y mirarte con mis ojos.
Te envuelvo con mis pensamientos y te imagino feliz en mi compañía, juntos recorriendo de la mano los pasajes más diversos de nuestra ciudad.
Esa fértil campiña fuera del bullicio, de pastos verdes y olor a hierba, es nuestro refugio dominical. El almuerzo al pie de un eucalipto, sentados sobre aquella manta floreada que tu madre nos regaló, lo disfrutamos con el ligero viento del mediodía que recorre el promontorio donde descansamos.
No sé cuantas veces hemos asistido a las salas de cine, buscando una película que remede un cariño tan sincero como el nuestro. Y en algunas noches, de algunos fines de semana, nos arreglamos para ir a bailar o libar los tragos que se sirven en las calles nocturnas más concurridas por la juventud citadina.
Bailamos como mejor podemos, a veces juntos, a veces separados. La música romántica es ocasión para movernos hasta la pista de baile, donde muchas veces nos tomamos abrazados y otras con las manos juntas.
La vida transcurre sin dificultad para nosotros, no existe la malicia ni el engaño entre tu y yo. Cada paso que recorremos en esta vida nos acerca más y más a nuestra perpetua unión. No veo lejano el día en que, tú de blanco y yo de negro, caminemos por un pasillo rodeado de gente que nos aplaude y nos desea eterna felicidad. El juez al final de estos pasos, nos sonreirá y nos bendecirá al amparo del Divino, después nos daremos el último beso como enamorados y el primero como esposos.
Más allá de este tiempo, juntos, cuando seamos tres, viviremos en un rincón del universo donde los años no pasarán en nuestras vidas, y tú jamás envejecerás para mi.
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