Amanece en la ciudad, el sol se asoma por el sur este, mientras mi amor se oculta en el noroeste, muy lejos, como todo sueño, del que algún día debía despertar.
¡Oh, destino! Me la entregaste cuando no estaba preparado, cuando ya no tenía ninguna esperanza de encontrarla. Ahora debo dejarla partir, porque ya sé que no me pertenece...