Psico Odisea - Confesiones

Muchas de las personas con las que he conversado de mi creencia y realidad espiritual, religiosa o metafísica, terminan mirándome mal o teniéndome miedo.

¡Uy!  Decirle a alguien que depende de lo que esta persona crea sobre lo que es su dios, para recién decirle si creo o no en ese dios, es incomprensible para ellas; a veces pagaría por ver estas reacciones.

Con el tiempo aprendí a callar lo que sé, vivo y pienso, pues sentir el rechazo de las personas en general, no es algo que yo quiero. Por años busqué una mujer con estas convicciones, pero nunca hallé una. Esto es —claramente— mi más profundo anhelo: la unión de mi vida espiritual y amorosa.

Por esto, he querido copiar algunas líneas de un libro, que resumen claramente lo que siento y pienso. Como siempre, no escribo de teorías o alucinaciones; prácticamente todo lo que trate de amor, espiritualidad, metafísica o afines, es algo que he vivido o estoy viviendo.

Si cuento todo esto, no es para recibir consuelo o para que me animen a seguir; sólo me gustaría, que si el siguiente texto les parece útil, busquen, se informen, piensen, practiquen y si encuentran veracidad o valor en las siguientes palabras, no tengan miedo a cambiar. Y si les parece que estoy equivocado, pueden escribirlo, pues siempre estoy dispuesto a aprender.
«
Se nos ha dicho muy sabiamente que tenemos noventa y siete por ciento de SUBCONCIENCIA y TRES POR CIENTO DE CONCIENCIA.

Hablando francamente y sin ambages, diremos que el noventa y siete por ciento de la Esencia que en nuestro interior llevamos, se encuentra embotellada, embutida, metida, dentro de cada uno de los Yoes que en su conjunto constituyen el "Mi Mismo".

Obviamente la Esencia o Conciencia enfrascada entre cada Yo, se procesa en virtud de su propio condicionamiento.

Cualquier Yo desintegrado libera determinado porcentaje de Conciencia, la emancipación o liberación de la Esencia o Conciencia, seria imposible sin la desintegración de cada Yo.

A mayor cantidad de Yoes desintegrados, mayor Auto-Conciencia. A menor cantidad de Yoes desintegrados, menor porcentaje de Conciencia despierta.

El despertar de la Conciencia sólo es posible disolviendo el YO, muriendo sí mismo, aquí y ahora.

Incuestionablemente, mientras la Esencia o Conciencia este embutida entre cada uno de los Yoes que cargamos en nuestro interior, se encuentra dormida, en estado subconsciente.

Es urgente transformar al subconsciente en consciente y esto sólo es posible aniquilando los Yoes; muriendo en sí mismos.

No es posible despertar sin haber muerto previamente en sí mismos. Quienes intentan despertar primero para luego morir, no poseen experiencia real de lo que afirman, marchan resueltamente por el camino del error.

Los niños recién nacidos son maravillosos, gozan de plena auto-conciencia; se encuentran totalmente despiertos.

Dentro del cuerpo del niño recién nacido se encuentra reincorporada la Esencia y eso da a la criatura su belleza.

No querernos decir que el ciento por ciento de la Esencia o Conciencia esté reincorporada en el recién nacido, pero si el tres por ciento libre que normalmente no está enfrascado entre los Yoes. Sin embargo, ese porcentaje de Esencia libre reincorporado entre el organismo de los niños recién nacidos, les da plena auto-conciencia, lucidez, etc.

Los adultos ven al recién nacido con piedad, piensan que la criatura se encuentra inconsciente, pero se equivocan lamentablemente.

El recién nacido ve al adulto tal como en realidad es; inconsciente, cruel, perverso, etc.

Los Yoes del recién nacido van y vienen, dan vueltas alrededor de la cuna, quisieran meterse entre el nuevo cuerpo, pero debido a que el recién nacido aún no ha fabricado la personalidad, todo intento de los Yoes para entrar en el nuevo cuerpo, resulta algo más que imposible.

A veces las criaturas se espantan al ver a esos fantasmas o Yoes que se acercan a su cuna y entonces gritan, lloran, pero los adultos no entienden esto y suponen que el niño está enfermo o que tiene hambre o sed; tal es la inconsciencia de los adultos.

A medida que la nueva personalidad se va formando, los Yoes que vienen de existencias anteriores, van penetrando poco a poco en el nuevo cuerpo.

Cuando ya la totalidad de los Yoes se ha reincorporado, aparecemos en el mundo con esa  horrible fealdad interior que nos caracteriza; entonces, andamos como sonámbulos por todas partes; siempre inconscientes, siempre perversos. (...)
»

Samael Aun Weor
"Psicología Revolucionaria"
Capítulo XXVI: Auto-Conciencia Infantil, Pág. 66
http://samaelgnosis.net

Comentarios

  1. Daniel, ese libro es muy bueno 😊, las cosas escritas tienen mucho de cierto. Muy bueno😊

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