Al borde de la nada
¡Oh sí! Estoy tan lejos de alcanzarla, de estar frente a ella y decirle todo lo que siento. ¡Pero qué más da! Una amistad es lo máximo que puedo esperar.
En las noches, acostado sobre mi cama, sueño despierto con tener una oportunidad, con mirarnos a los ojos y sonreír levemente, como si el amor fluyera de ambos lados, como si una dicha infinita embargara el corazón de ambos.
Si te dijese que escondo versos, por temor a volcar toda mi pasión, en una ilusión que no llegará a convertirse en realidad. Si pudiera contarte que encarcelé mi amor en una cueva profunda, para que no pueda escapar y correr hacia ti. Cómo decirte que al mirarte, el cielo se abre y un millón de gotas de lluvia caen sobre mi. Nunca podría decirte que al pasar por mi parque, he suspirado tantas veces pensando en la imposibilidad de conquistarte.
Así me quedé: al borde de la nada. Ya no tengo motivo para no lanzarme hasta abajo. ¿De qué me serviría quedarme entre los vivos, si alguno de estos días, con alguien te veré andar?
Persiste la angustia de no tenerte y esperar el triste final, cuando como una daga que entrará por mi pecho y atravesará mi corazón, yo exclamaré ya sin fuerzas, mientras contengo la sangre que brotará de mis entrañas, que sabía de esta fatalidad.
Que hermoso escribes ...
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