Casualidades de la vida
Me ha pasado algo muy curioso en las últimas 3 semanas, mientras he estado atado a una cadena de depresión que me tiene hundido en el fango, conocí a una joven de la forma más inesperada. Los días pasaron y no supe de ella, pero como por casualidad, nos encontramos mientras yo tomaba un descanso dominical en algún lugar de la ciudad.
Esta vez conversamos amenamente, intercambiamos ideas, y descubrí en ella un conocimiento interesante sobre espiritualidad y de psicología humana, muy superior al del resto de mujeres. Diez días después adivinen qué pasó... Nos encontramos nuevamente. Conversamos unos cuantos minutos y esta vez demostró mas conocimientos, inclusive gnósticos, hasta se tomó la libertad de enseñarme un par de cosas ¡A mi!. Esta criatura que ha entrado en mi vida llega como un gran aliento en momentos que más lo necesito. En definitiva, en esta mujer reside la semilla, ojalá que llegue a germinar y a florecer.
Yo llevo más de una década buscando una mujer con estos conocimientos, mejor aún si desea involucrarse en la práctica, no sólo en la teoría. En medio de tanta tristeza, este regalo del destino me da un breve respiro, porque pensaba que estas personas ya se habían extenguido de la faz de la tierra. Ahora veo que no estoy solo, que las potencias superiores todavía tienen fe en mi progreso espiritual. Gracias a ellos y a ella por devolverme algo de la esperanza perdida en tantos años de decadencia.
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