El demonio de la fantasía
Un demonio está poseyendo mi razón rápidamente, va doblegando mi voluntad y ningún esfuerzo ha sido suficiente para contenerlo.
Mi mente comienza a soñar mientras mi cuerpo está despierto, las fantasías están tomando control de mi esencia. Mis pensamientos ya no son libres, están siendo controlados.
Este demonio se caracteriza por utilizar recuerdos dolorosos en la mente del poseso para conducirlo a un mundo alternativo, a otra dimensión, a una fantasía donde sus penas adquieren una dimensión colosal o una solución imaginaria, de esta forma perderá la noción de la realidad.
En una de estas noches lo vi en la cabecera de mi cama mientras afectaba mi mente. Es rojo, de estatura pequeña, sin cabellos y con dos cuernos sobre su cabeza. Su rostro y figura son semejantes a la de un niño mayor con expresión malévola. No utiliza vestimenta alguna y desconozco su nombre, nunca antes lo vi.
Después de levantarme inmediatamente, la criatura de mis abismos me sonrió cínicamente y produjo una corriente eléctrica sobre su mano derecha. Pero yo no fui menos, me armé de valor y preparé mi conjuro, invoqué a Júpiter, padre de todos los dioses.
Desde entonces estamos luchando en dos dimensiones diferentes: la mental y la astral; no importa si mi cuerpo físico está despierto o dormido, quieto o en movimiento. Pero no tengo sólo un adversario, este demonio ha conseguido un aliado formidable que ataca desde otro frente, es aquel que utiliza la forma de un perro en el mundo astral. Sólo este último sería capaz de destrozarme si lo desea, imagínense cuando están juntos.
Pero las energías se me agotan y aunque no dejo de luchar, estoy siendo derrotado. Necesito la ayuda de las potencias superiores, pero esta no llega. Me he quedado en total soledad.
El maligno está atacándome mientras atravieso una depresión y se aprovecha de las figuras mentales que he formado en este penoso proceso. No pasan tres minutos sin que me ataque, no me da un respiro.
Esta noche oraré en el silencio de mi habitación, miraré hacia abajo y compungido lloraré por el inminente final. Me atacan mientras atraviezo una temporada de debilidad. Presiento que mi derrota está muy cerca, no veo como mantener por más tiempo mi defensa. No podré resistir muchos más días. Voy a perder.
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