El apego a los seres queridos

En el mundo de los animes se han revisado temas de vital importancia en el desarrollo espiritual. En lo que debería ser la diaria lucha por superarse mentalmente, en la serie animada Los Caballeros del Zodiaco, capítulo 47, Hyoga, un caballero que está en permanente superación, se enfrenta a una prueba dificil: eliminar el apego a los seres más queridos, en este caso al recuerdo de su madre.

(Ver el final del episodio aquí y el episodio completo aquí)

Camus intenta llevar a la comprensión a Hyoga para que corte con el pasado: "jamás en mi vida he culpado a la gente que no puede olvidar el pasado y en ocasiones explota en llanto por lo mismo, la gente común es así, pero tu no, tu eres un caballero".

Luego de enfrentarse con los puños por esta afrenta y caer Hyoga al suelo, el Camus le dice "ahora estás lleno de amor hacia tu madre y a tu maestro y de odio hacia mi, estás lleno de emociones vulgares".

Sin embargo, para los individuos que no conocen los secretos del trabajo espiritual, el amor hacia la madre es la máxima virtud. No estoy diciendo que olvidemos a nuestras madres, hablamos del recuerdo, del apego, que es una figura o efigie mental.

Hyoga reflexiona sobre el desprendimiento de este amor, pero al ser el único recuerdo que está lleno de sentimientos para él, se derrumba internamente por el conflicto que sucede en su mente. La idea del amor a la madre se forma durante muchos años y desde el primer día de vida; no cualquier hombre es capaz de vencer tal apego.

En su descenso al otro mundo, después de recibir el máximo ataque de Camus, la mente hace un intento por recuperar al hombre, le recuerda la promesa que él mismo le hizo a su madre, a su diosa y a sus amigos de armas, pero la confusión lo ha derrotado, ahora sólo desea cobijarse en su recuerdo y arroparse en los brazos de su madre. Son sentimientos muy humanos... pero no son aceptables para los iniciados.

Luego de la turbulencia en su mente sobre desprenderse del recuerdo, sucede este diálogo tan interesante:

Hyoga: No, no puedo, no puedo olvidar lo único que tengo en la vida y en el mundo, no puedo deshacerme del recuerdo, no puedo, no puedo. (Llanto)

(Conversación en la mente de Hyoga después de recibir el golpe final y cuando ya está inconciente)

Hyoga: He perdido, estoy completamente derrotado, pero ahora podré ir al mundo donde mi madre y Cristal están aguardando.

Hyoga: ¡Mamá!

Mamá: Hyoga

Hyoga: ¡Mamá!.

Mamá: No vengas aquí, dijiste que vivirías firmemente a pesar de que yo estuviera muerta ¿No es cierto?

Hyoga: Lo siento mamá, pero no puedo, esto no puede evitarse.

Diosa Saori: Hyoga, no te rindas.

Hyoga: Saori, no pude adquirir el séptimo sentido, no estoy calificado para vivir como un caballero, pero ya nada importa ahora.

Seiya: ¡Hyoga!

Shiryu: ¡Demuestra tu valor Hyoga!

Shun: ¡Resiste Hyoga!

Hyoga: Perdóname Seiya, Shun, Shiryu, iré donde está mi mamá ¡Adiós!

Estos apegos tienen sus raíces en el subconciente y son parte de las pruebas que suceden en los misterios. Las personas que han luchado por cambiarse a sí mismas entenderán lo que he escrito.

Por mi parte, veo en Hyoga a mi mismo, a un niño pequeño que ha sido derrotado por la adversidad y que corrió a cobijarse en la normalidad de la vida, perdido entre el tumulto de la gente.