Ayer te vi

Recuerdo una noche cuando te abrazaba, en tu hermoso rostro tenías esa sutil sonrisa mientras acariciaba tus mejillas con mis dedos. Las estrellas palidecían con el resplandor de tus ojos y eran tus labios rojos los que ruborizaban a cualquier rosa que ocasionalmente se cruzaba en nuestro camino.

La inocencia de tus gestos en cada roce que mis manos proferían sobre tu piel, me animaba a continuar y a presionarte más contra mi pecho. Cuando te veía con tus ojos cerrados y en clara sumisión ante mis caricias, no podía evitar compararte con una de esas preciosas bebés que en brazos de sus madres, gozan de la dicha que sus seres queridos les brindan.

  

Caminar por las calles oscuras de esta ciudad andina, solamente al amparo de las lámparas nocturnas con sus luces amarillas, tomados de las manos y sonriendo juntos por cualquier conversación que iniciáramos, por jugar entre nosotros o simplemente por mirarnos; me resulta un recuerdo inolvidable y hay un latido en mi corazón mientras puedo imaginarnos repitiendo una y otra vez esta escena.

A veces revivo en mi mente la noche cuando nos conocimos, esas dos horas en que me tomaste del brazo para ayudarme a caminar, mientras conversábamos por las veredas que rodeaban mi vivienda. Aquel pequeño café en una avenida poco transitada, fue nuestro descanso en dos ocasiones, ahí nos vimos de frente y al menos en mi pensamiento, no podía dejar de decirme que eras tu la mujer que esperaba.

Me pregunto si algo hubiera cambiado entre nosotros si un beso nos hubiésemos dado. Pero no puedo medir las consecuencias de esta acción tan profunda, pienso que no estabas preparada para que ambos disfrutemos del calor de nuestros labios, por este motivo no hice la sugerencia y espero pacientemente el momento en que tu inspiración te obligue a compartir conmigo horizontes más lejanos.

Mis memorias contigo no son bastas pero si son profundas, pues no fueron muchas las veces que estuvimos juntos, pero disfruté de cada minuto que compartimos mientras tuvimos algún tipo de relación que no podríamos definir para que el mundo comprendiera su significado.