Un montón de estrellas

Vuelve el perro arrepentido, con sus orejas caídas... nada de esto, la vida tiene que continuar y cada quien volar a distancias aún mayores, dejar el rencor de lado y desear buena suerte a la persona que antes le ofrecimos el corazón.

Porque yo en el amor soy un idiota... y no sé si algún día pueda cambiar, seguramente sea muy dificil pero cuando se está enamorado es dificil defenderse, talvez sea malo bajar la guardia y recibir los golpes.

Hoy recuerdo la canción que le hice un día... y tantas composiciones y poemas que le dediqué, pensar que ella no leería más de uno o dos de estos, tanto esfuerzo en vano. Pero no me quejo porque realmente a ella no se los escribía, sólo desfogaba mis sentimientos de alguna forma, aunque si me hubiera gustado que los lea.

Pero un día abrí los ojos y con rabia la arranqué de mi memoria... hasta que llega el momento de decir adiós y partir con lágrimas en los ojos, por las esperanzas rotas y los sueños abatidos, dejando atrás este pasado para buscar un futuro diferente.

Y en los brazos de otra amante pude terminar al fin con esta historia... pero no sé si sucederá como en la canción, sólo nos distanciamos y ya está, si llegase a otros brazos sería muy feliz, pero si no, esta herida tardará mucho más en sanarse.