Navidad

Navidad es, para mi, una fecha de reunión familiar, días para viajar hasta la casa de mi madre, para saludarla y acompañarla. Mi familia toda, llega hasta el extremo sur del país para celebrar esta fiesta, muchos estamos a última hora, otros, con días de anticipación.

Finalmente, el saludo entre todos, un rápido brindis y una cena sobre la mesa principal. Al final, los regalos, que entre todos compartimos, pero principalmente para los pequeños, aunque no siempre están despiertos después de la medianoche.

En estos días, el calor en la ciudad me incomoda, es necesario vestir muy ligeramente y hasta andar descalzo... Pero, la cena, realmente la extrañaba, no he comido un arroz tan bien graneado desde la anterior navidad; y el pavo, esta vez estuvo delicioso; el asado, las ensaladas y demás platos todos, estuvieron fantásticos.

Mi madre —como siempre— diligente; anfitriona espectacular en un hogar que vuelve a brillar, como muchos años atrás, cuando como niños, jugábamos y corríamos por toda la casa, hasta dormir algunas pocas horas antes de recibir la nochebuena.

El tiempo ha pasado, pero las costumbres seguirán con el tiempo; presiento que el brillo del ambiente familiar todavía permanecerá en la siguiente generación: en la mía.