Un futuro incierto
Mientras el sol brilla por la mañana, cuando por la tarde comienzan a caer las primeras gotas de lluvia, y por las noches, el plenilunio acompaña mi camino de regreso a casa, en el epílogo de este negro año; se presenta el final de un conjunto de esfuerzos que coincidieron en un mismo tiempo, marcando el inicio del nuevo ciclo solar, cuando decida entre uno de estos caminos; pues el destino ya lanzó sus cartas al azar, donde puedo perder o ganar.
Pero todos son inciertos, ninguno está claro o libre de riesgos, aunque siempre puedo regresar, pero no quiero perder alguna oportunidad, prefiero lanzar los dados y esperar. Y aunque sólo en la suerte puedo confiar, espero lo mejor, porque sé que al final, el destino se las arreglará para vencerme, con cualquier camino que desee tomar.
No veo una luz en ninguno de estos, ni aún aprecio algo más que nubes e incertidumbre, no hay claridad y el riesgo acecha entre la oscuridad. Los retos están presentes en todos, ni aún sé decir, sí tomar algún rumbo signifique un buen inicio, no quiero pensar en cómo será el final.
Quizás, y sólo quizás, el destino ha lanzado en una de sus cartas, un camino de oportunidad, pero... ¿cuál de esos será?
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