Bésala
Es fin de año, las sorpresas llegan antes de navidad, en una visita inesperada: es la imagen de una mujer de un cercano pasado, aquella que había sido olvidada, cuando mis lágrimas secaron. Tú, como una recurrencia que se niega a desaparecer, has vuelto para saludarme y desearme bienes, luego te marcharás hacia donde apunta la Cruz del Sur.
Te veo, eres una figura bella que destaca entre la calle, puedo distinguirte aún con todo el tumulto que te rodea. Me acerqué, quizá un poco nervioso, temeroso de tu reacción, de lo que me dirías después de cómo todo acabó.
La noche te acompaña y yo, delante tuyo, noto que tus ojos brillan, como cuando por última vez te vi, como las estrellas que me miran desde el firmamento, en una de esas tantas noches, cuando yo estaba cubierto de prosa y poesía, quizá pensando en ti. Entonces he descubierto, que tu recuerdo ha vuelto, como la luna llena, que se muestra ante los enamorados, y que hoy nos alumbra a ti y a mi.
Sólo un paso nos separa; la conversación fluye con tranquilidad, aunque no sabía qué decirte, pero mi mente sólo una idea me transmitía: ¡bésala! como debiste hacerlo hace un año, cuando en una noche de verano, los dos caminaron juntos de la mano.
Comentarios
Publicar un comentario