Until that day, till all are one

Este podría ser el último, o uno de los últimos artículos que publicaré. De ser el caso, les adelanto mi gratitud a mis lectores.

Quizás es un resfrío, o quizás no. Personalmente creo que sí, porque conozco la reacción de mi cuerpo cuando me enfermo. Pero es mejor dar el aviso. Como sea, no es la muerte per se lo que me intimida, sino la muerte en soledad... sin Penélope.

Pero el problema aquí, está cuando otros se enteran. Recibí tres llamadas, una de un profesional médico; las otras dos, de personas molestas conmigo, reclamándome, recriminándome y acusándome; hasta llegó un mensaje marginándome. Esto nos pasa a los apestados, o en apariencia apestados.

La sociedad rechaza a los diferentes; ya sea por su pensamiento, apariencia, sentimiento, acción, salud, o cualquier otro. Cuánto más distinto de la mayoría se es, tanto más distancia guardarán con este.

Se quedan varios artículos en mi tintero, pero trataré de publicarlos en los siguientes días, invocando el total de mis fuerzas. Por ejemplo, tengo una crítica a una película ridícula, otra tratando la película "Pink Floyd: The Wall", la psico odisea, la publicación de mis avances en mi teoría filosófica y, más que nada: poemas que no se estrenarán, poemas que sólo escribo para ella.

Bueno, podría aprovechar para mandar a la mierda al mundo, pero no lo haré por recato; y porque lo más probable, es que nos reencontremos en los siguientes días, pero ya riéndonos del susto.

En caso suceda lo peor, no olviden "sacrificar un gallo a Asclepio".