Náufrago
De repente la noche se extendió hasta el final. Odiseo se perdió en el océano, azotado por la marea y por el frío viento que enloquecía su testa.
No hay alguna luz, no se ve otro ser vivo; sólo está él, recibiendo la cólera de los elementos, como látigos enfurecidos que cortan su ya debilitada piel.
La imagen de Penélope se dibuja una vez más en su imaginación, no como luminosa esperanza, sino como pálida ilusión, que guía de la mano al náufrago, para juntos disolverse en el borrascoso mar.
Santana: "Never the same again"
Comentarios
Publicar un comentario