Entre la vida y la muerte
Odiseo:
Estoy donde el mundo termina, Penélope; he llegado al límite entre la vida y la muerte. La fuerza de la corriente me arrastra hacia el agujero, en el mismo centro de las fauces de aquella criatura, devorando cualquier vida. No encuentro escapatoria a ese final; estoy sometido al temperamento de la bestia.
Penélope. ¡Oh, Penélope! Recuerdo cuando dormías en mis brazos, cuando
con estas manos acariciaba tu rostro hasta que sonreías... y aún más.
Hoy no hay manos, no hay brazos, no hay más fuerza para luchar. Estoy demasiado lejos, perdido de tu voz o de tu eco. No veo estrellas para guiarme; en realidad no descubro algo a qué aferrarme. Solo he visto los profundos ojos de la muerte, y encontré en estos mi figura, ahogada por la tempestad.
¡Adiós, mi Penélope! Sin la esperanza de alcanzarte en vida, solo puedo esperarte allá, en la muerte.
Penélope:
Odiseo. ¿Ha sido tan duro el viaje? ¿Fue el agua fría del dolor, que congeló tu valiente corazón? Yo te espero con el velo de castidad que me cubrió desde tu partida, rodeada de hombres que ansían lo que es tuyo, pero que nuncan tendrán. Todos quieren lo nuestro, pero ninguno es tú... ninguno es Odiseo.
¡Escucha amor ausente! La noche es interminable. Sufro con el silencio de una viuda, la ausencia de tu ingenioso talento. Es tu amor negado por el tiempo, aquello que debe volver. Es el alma indómita de Odiseo, quien me merece. Y es su valor, lo único que me protege.
¡Ven Odiseo, ven! Un océano puede separarnos, pero el verdadero amor nos une. ¿Son acaso los mares más resistentes que nuestro amor? ¡Nunca! Seremos tú y yo, o seremos nada.
No sucumbas mi amado Odiseo; Penélope aún te espera para amarnos eternamente.
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