Mujer embrujada
Tiempo de Escorpio, tiempo de antares. La luz bermellón de la superestrella, inconfundible en el manto estelar, hoy brilla más que los ojos profundos de esa mujer embrujada.
Con cada pestañeo, el escorpión camina sobre la bóveda y avanza, persiguiendo eternamente al cazador Orión, como si fuese un remedo de los sucesos que acontecieron en tiempos lejanos, mucho antes que Zeus plasmara sus cuerpos con estrellas a lo largo del universo.
El crepúsculo se acerca, Escorpio se oculta más allá del horizonte. Amanece y su brillo se perderá por doce horas. En este tiempo Orión asciende, junto con sus dos canes. Y por doce horas, reinará en lo alto sin ser visto.
Pero aunque no te vea, sé dónde estás. Y te pienso, mujer embrujada.

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