El abismo
Podría verter mi sangre en tus manos, hasta que sientas el calor de mi amor. Pero se evaporó de tanto arder sin llegar a ser.
Es tarde, muy tarde, la noche me ganó. El sueño se aleja, el dolor se acerca, la vida murió. La muerte como noche eterna no se ve en el horizonte, solo se siente, ¡se siente como frío ardiente!, como sangre ferviente, como navaja que corta la piel gravemente, con la piedad de un azotador.
Frío, ¡frío en esta noche! Noche de desconsuelo y de negra realidad; de pura soledad donde nadie que esté cerca... y nadie que esté lejos. El abismo es el lugar más lejano, no importa cuanto grites, no serás escuchado. No importa cuánto grite, no seré escuchado.
No hay día, no hay luz, no hay esperanza... y es mejor.
He muerto... y es mejor.
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