La vida sin un beso
Qué difícil es vivir en soledad.
Empezando cada mañana sin tener a quien saludar, desayunando en una mesa vacía, en silencio, sin sonrisas ni promesas. Salir de la casa sin un beso, sin saber que regresarás, porque no hay un motivo para regresar. Solo cierras la puerta sin mirar atrás.
Avanzar durante el día sin una llamada, sin un "te quiero" o un "te amo". Pensar en la mujer que amaste. Contemplando el futuro sin esperanza, sin ganas, solo extrañando, solo esperando que algún día llegue ese día... pero no, nunca te amó, no volverá.
Solo queda caminar por la calle y descubrir el amor en las parejas que transitan, en las familias que se alejan, en una sociedad ajena. Pero tú caminas solo, cruzando un puente sin saber si caerás a ese río, sin saber que podría ser la última noche, porque sabes que nadie te espera. Entonces, ¿para que regresar?
Qué difícil es enfermarse y atenderse solo, qué difícil es ver la película sin ella, limpiar la casa por costumbre, lavar la ropa de uno, sentarse solo en el sillón oyendo música, y hablar... hablar a solas sin alguien que responda.
Cuando llega el fin del día te encuentras tirado en esa cama que huele a recuerdos, sin tenerla a tu lado, sabiendo que solo a ella quieres abrazar. Después rodará esa lágrima que gritará en tu silencio, pero seguirá cayendo sin un beso que la contenga, porque estarás en soledad.
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