Conócete a ti mismo y conocerás la verdad

Recuerdo aquel día en que descubrí la verdad. No fue una revelación mística, no fue una epifanía religiosa, tampoco un delirio mágico, o una deducción científica; solo la encontré y quedé absorto. La verdad me resultó dura, pero solo era la verdad, lo demás era mío.

Busqué durante mi vida la verdad, pero la encontré estando muerto. No sé si ahora me sirva de algo, o es precisamente desde ahora cuando me servirá.

Morí tantas veces, tantas noches. Morí en silencio, despacito, sin testigos, sin lamentos. Solo dejé de existir para todos... y finalmente para mí.

Ya muerto seguía envuelto en el mismo tormento, pero resignado a la muerte, ya entregado y sin esperanzas. Así olvidé la vida... así la olvidé.

Después, justamente después, encontré la verdad. Pero me costó la vida. Ese fue el precio que pagué. ¿Vale tanto la verdad? ¿Es un precio que volvería a pagar?

No la hallé por casualidad, esto es seguro, le seguía los pasos por décadas.

Desde que era un adolescente leía todo lo que encontraba, y en mi casa había más de mil libros. Soy un investigador implacable que raya en la obsesión. Lento de entendimiento pero tenaz en mis intentos; así, tarde o temprano encuentro lo que quiero. Perseverante y extremadamente curioso. Alocado, arriesgado, nada social. Con los años me volví un erudito.

Aunque demoré algunas décadas para encontrarla y entenderla, ahora está frente a mí... otra vez.

Debo desmentir a aquellos que dicen: "la verdad está afuera", o "la verdad nos hará libres". Falso. La verdad está dentro y no nos hará libres. Lo que nos hará libres es la actitud que tomemos después de alcanzar la verdad, y si nos mantenemos firmes en la decisión.

Todo el tiempo estuvo frente a mí, en mi frase filosófica preferida, pero nunca la viví en realidad. Ahora me siento como uno de esos esclavos en el mito de la caverna de Platón, como uno de los que observó a los que causaban las sombras de las figuras. Pero falta llegar a la luz.

Tantos pudieron haber encontrado antes la verdad, pero quizá no la comprendieron o no la reconocieron, por esto no reflexionaron en el descubrimiento.

A veces recuerdo la vida, a veces.... Recuerdo los colores, no como este mundo gris. Pienso en las parejas caminando y sonriendo, como alguna vez estuve yo. Siento en mi memoria los olores, el viento pasajero, la imagen de mi madre, la inteligencia de mi padre, una hija robada, a una amada negada, el conocimiento universal, la soledad eterna, a esa ansiedad, y a la depresión final que me trajo hasta el mundo de los muertos.

Aquí se siente el frío permanente, estoy a la sombra de los vivos, callado, ¡siempre callado!, como en un claustro de esos que no vemos. Y aunque no lo parezca, quisiera regresar allá arriba, pero sé cuál sería mi destino: la misma soledad.

Entre los muertos no hay odio, no hay amor, no hay envidia, ni pereza, no hay lujuria, no hay tristeza... Solo hay muertos y nada más.

Encontrar la verdad lo era todo para mí. Ahora que la tengo, los dioses esperan ver mi reacción a este conocimiento.

Es cierto, no es la misma verdad, a duras penas reconocí a una de sus expresiones, pero la encontré. Desde aquí a la verdad, ya solo hay un paso... pero uno de gigante.

El dolor me partió y me quitó la vida, pero ni así me detuve, seguí con mayor ahínco, recurriendo a todo el conocimiento que recogí por décadas, y aún así necesité más conocimiento... ¡más! Uno específico que no había completado. Por esto, cuando observé la verdad, la reconocí de inmediato.

Mi respuesta es sí, una y otra vez: .

No tiene sentido que les diga qué es la verdad, solo la entenderán cuando la reconozcan. Pero citaré la inscripción en el Oráculo de Delfos:

Te advierto, quien quiera que fueres, Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo, aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera.

Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias?

En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros.

Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses.”

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