Especial de Navidad: Por qué Odiseo y Penélope

Odiseo representa para mí el ideal de hombre que lucha contra la adversidad, y si se quiere: el camino al súper hombre de Nietszche. Él se enfrenta contra lo que se interponga para recuperar su mundo, donde dejó su humanidad —ahora— perdida.

Penélope es su amada mujer, la que no rompe en un día su juramento; más bien es la que esperó inteligentemente 25 años hasta que Odiseo regresó. Ella representa para mí: el pilar, la columna sobre la que él construyó su mundo, porque resultaría muy difícil iniciar una vida con una pareja que no tiene fidelidad a su relación. Y esto no es poco, bien vemos en los textos religiosos que la traición (opuesto a la fidelidad) es lo que más se castiga de entre todos los males o pecados.

Cierto es que Odiseo no fue el más fiel de los hombres y ni cerca de esto estuvo, pero sí se enfrentó a todo por regresar a su hogar. Admito que la falta de fidelidad es la parte que me disgusta de la historia.
¿Cómo podría Odiseo construir su mundo si no es fuerte la columna? ¿Creen que Odiseo hubiese regresado a su hogar si Penélope ya no mantuviese su juramento con él?
Definitivamente no, porque sin Penélope el mundo de Odiseo no existiría, ella es su motor, es su inspiración. Penélope representa para Odiseo la esperanza de un futuro mejor, la belleza misma, la paz... en fin, es la suma de todas las virtudes que Odiseo quiere para sí.

Tanto Odiseo como Penélope desean participar de la virtud que encuentran en su relación, en el mundo que juntos construyeron y que no puede existir sin alguno de ellos dos.

En definitiva son mis personajes favoritos y su historia es mi preferida de entre todas las que conozco. Siempre serán el centro de mi blog, porque es una historia de superación, de amor, de aventura y mucho, mucho coraje e inteligencia.

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