Beso robado
La mañana empezó con un beso en su mejilla y una flor entre sus manos.
Era el primer día de primavera, como hace 50 años, cuando nuestro amor cruzó las fronteras de los pensamientos, dudas y temores, para juntar nuestras manos como una cadena de perpetua unión.
Sucedió tanto tiempo atrás, pero recuerdo ese suspiro que de su boca inhalé; fue con un beso que selló mis labios desde día, hasta este amanecer.
Y en el umbral de esta mañana, los años no han pasado, porque cada vez que nos besamos, regreso a ese día cuando este romance nació: con una mirada furtiva de sus ojos y un beso robado que no olvidaré.
Comentarios
Publicar un comentario