Poema contra el coronavirus
Quince días pasaron y faltan quince más. Sobre la mitad de la cuarentena estoy perdiendo la facultad del habla; llevo un día entero sin pronunciar más que un par de palabras, y todo el tiempo restante... silencio total.
Si mi verbo no puede expresarse con el viento, que sean mis manos las que comuniquen algunos versos en este encierro, pues no pueden ser contenidos los sentimientos, o sofocados mis ligeros pensamientos.
El virus con corona no se aleja,
pero la vida que me queda sí,
dejándome una firme moraleja:
que no deseo extinguirme así.
La sociedad entera se disocia,
los abuelos van a la eternidad;
terminó la era de la abundancia,
seguirá el tiempo de la bondad.
No pierda pues la esperanza,
no capitule ante esta plaga,
porque el amor nunca naufraga,
si en los corazones se afianza.
No pierda pues la esperanza,
no capitule ante esta plaga,
porque el amor nunca naufraga,
si en los corazones se afianza.
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