Odisea Virtual

Mi padre invitó a toda la familia, incluyendo a los nietos, a cenar en la noche del 25 de diciembre. El lugar elegido: el flamante restaurante del hotel Park Inn by Radisson Tacna. Cierto es que la ubicación del hotel es desfavorable, pero ya dentro, este contrasta con el ambiente que rodea al edificio. Así se daría el inicio a una odisea de sabores que nadie en la familia podrá olvidar .

Debo volver a mi trabajo, la navidad ya ha terminado y mi corazón reboza de júbilo por esta reunión familiar. El bus ha partido, rápidamente abandona la ciudad, subiendo la pendiente y girando por una curva, hasta encontrar la soledad del desierto, que estará presente hasta que llegue a mi destino, seis horas más allá.

Navidad es, para mi, una fecha de reunión familiar, días para viajar hasta la casa de mi madre, para saludarla y acompañarla. Mi familia toda, llega hasta el extremo sur del país para celebrar esta fiesta, muchos estamos a última hora, otros, con días de anticipación.

Una pesadilla me persigue cada noche, me aflige una pena hasta conmoverme y, finalmente: la lluvia llegó. La confusión me abruma, estoy en el laberinto de la soledad, en un mundo que no puede ver u oír lo que siento o, simplemente, no quiere saber más.

No puedo olvidar cada una de tus historias, de tus mentiras. Cada día que pasa, desde que regresaste, está siendo un tormento de dudas y de ansiedad; pero es todavía peor, saber que no te arrepientes y que no buscas llegar a mi corazón. Quisiera nunca haberte conocido, pero ya es muy tarde; en verdad, estoy igual de perdido cuando no estoy contigo.

Las pesadillas han vuelto, las noches sin dormir, despertándome violentamente con la sensación de tristeza, sintiendo la profunda soledad, buscando una compañía a mi lado, sollozando mientras me agito en mi cama, donde estoy solo, como cada año.

Mientras el sol brilla por la mañana, cuando por la tarde comienzan a caer las primeras gotas de lluvia, y por las noches, el plenilunio acompaña mi camino de regreso a casa, en el epílogo de este negro año; se presenta el final de un conjunto de esfuerzos que coincidieron en un mismo tiempo, marcando el inicio del nuevo ciclo solar, cuando decida entre uno de estos caminos; pues el destino ya lanzó sus cartas al azar, donde puedo perder o ganar.

Es fin de año, las sorpresas llegan antes de navidad, en una visita inesperada: es la imagen de una mujer de un cercano pasado, aquella que había sido olvidada, cuando mis lágrimas secaron. Tú, como una recurrencia que se niega a desaparecer, has vuelto para saludarme y desearme bienes, luego te marcharás hacia donde apunta la Cruz del Sur.

Hay Festival Arequipa, a puesto de moda a Perú en estos días. Podemos verlo en uno de los diarios más reconocidos del mundo: BBC Mundo, con su edición en idioma español del día domingo 11 de diciembre. Toda esta semana ha tenido en portada, noticias de Arequipa y Perú, sin contar que también hay videos con Gastón Acurio y el arequipeño más carismático: Eloy Vera Neira, entre otros artículos. Mientras los diarios nacionales tienen, a estas horas, cero artículos del tema, con excepción de El Comercio, que tiene una noticia que casi ni se ve en medio de tanta publicidad, noticias de política, fútbol local y farándula nacional; y un espacio en su sección Luces, donde —¡Oh, sorpresa!— tienen en primera plana, el video de la BBC con Gastón Acurio... No hay duda que la cultura tiene cero importancia en Perú. ¡Gracias BBC! http://www.bbc.com/mundo/noticias-36795069

Cuando estuve solo, en el atardecer de un día olvidado, miré al cielo y entre las nubes te encontré; vi tu hermoso rostro dibujado en blanco, flotando allá en lo alto, lejos de mí; aunque puedo alcanzarte con la mirada, aún sentirte cuando cierro los ojos. Pero cuando los abrí, ya te habías ido. Entonces le pregunté al viento: ¿Por qué? ¿Por qué te la llevaste? Si así yo era feliz. Y con un silbido largo, el viento me respondió.

Por casualidad, estando en Plaza San Miguel, de visita en Lima por unos días, decidimos almorzar, a sugerencia de mi hermana, en Long Horn, porque —la verdad— deseaba comer carnes. Así fue como nos ubicamos en la mezzanine del local, frente al televisor, pero al costado del área de servicio donde toma nota el personal, así que tuvimos la "fortuna" de sentir el paso de los mozos a cada minuto, parecía que en cualquier momento, el mozo iba a tirar el plato de algún comensal sobre mi. Vale decir que el lugar estaba por reventar de gente.

No fue una noche cualquiera, estuve con ella, en una banca, al pie de una virgen, en un rincón  de un inmenso parque, allí, donde la luz escasea, cerca a una gran avenida, con gente yendo y viniendo a nuestro lado... pero nadie nos vio, y nosotros, en nuestra conversación, los olvidamos.

Viajé, no para verte, pero es lo que más quiero. El domingo llegué a tu ciudad, muy temprano; y desde que pisé esta tierra, revisé mi reloj cada media hora, sólo quería que el atardecer me alcance, que la hora convenida llegase. Y a las cinco de la tarde, comencé a esperar tu llamada, estoy revisando mis celulares en busca de algún mensaje, no pasan diez minutos sin que los vuelvo a revisar. A esta hora ya estoy en San Miguel, pasando el tiempo conversando con mi familia, pero esperando nerviosamente tu comunicación.

Encontré, el que quizá sea el mejor capítulo del Chavo del Ocho, se titula "El puesto de churros". Dos cosas hacen que este capítulo sea especial: el argumento y el papel de Don Ramón, pero es el giro final, lo que convierte a este capítulo, en memorable. Son Roberto Gomez Bolaños y Don Ramón, los autores de esta gran obra. Ver capítulo:

Poesía con música... hermoso, de lo mejor que he visto. Paroles >>>

En tu ausencia... nada. La noche me parece vacía, mi única compañera es —nuevamente— la soledad. He caminado por las calles de regreso a casa, pensando en ti, en que no he recibido tus noticias durante el día. ¿Debo preocuparme? No lo creo, tú nunca has faltado, siempre has cumplido. Cuando es de día, logras que una luna llena me inspire; y cuando es de noche, mágicamente me muestras un arco iris que me sonríe.