Crítica a Un debate brillante

Por Daniel enero 16, 2023

Quería cerrar la semana con una película emocionante y para nada intelectual. Así revisé el catálogo de películas y, después de descartar algunas, encontré una cuya sinopsis parecía espectable.

Ambientada en el reto académico lingüístico, Contra (aka Un debate brillante) es más que una entretenida riña intelectual universitaria, es una argumentación ligera a favor de la tolerancia, en este caso contra la discriminación a los creyentes musulmanes en Alemania. Por supuesto que se le agregan temas personales para crear emoción en el espectador.

No hace falta decir que el libreto es destacable y por momentos elocuente. ¡Faltaba más! También nuestra protagonista (Nilam Farooq) tiene una agradable sonrisa y no duda en mostrarla, pero también puede realizar gestos convincentes con emociones contrarias, para mi gusto ha representado bien a su personaje; en tanto su némesis (Christoph Maria Herbst) me resultó algo insípido y tieso, porque el personaje así lo requiere, pero no lo sentí real.

Es entretenida con buen orden en las escenas; la música bien y el último tema buenísimo; el ritmo con el que se desarrolla es superior a lo que esperaría de una película injustamente desconocida.

Si lo pensamos bien, tiene ese peśimo toque hollywoodense, pues de escencia no hay mucho, porque se pierden en detalles y giros innecesarios, en lugar de centrarse en expandir más el debate. Podríamos decir que es la típica historia de dos personas que se odian, obligadas por circunstancias a frecuentarse y que conforme se conocen, llegarán a respetarse y aprender uno del otro. Aunque la sinopsis oficial dice: "Un profesor universitario se expone a su ignorancia, cuando tiene que preparar a un alumno para un debate". Pero yo me incliné por lo que es más valioso: la tolerancia.

Tolerancia: Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. (RAE)

Debemos lamentar la falta de talento en algunos actores y que en algunos minutos pierde el ritmo. Pudo tener un guión inolvidable con más esfuerzo.

Criticable es la velocidad con la que evoluciona nuestra universitaria, que solo sería creíble si ese personaje es extremadamente docto en el uso del lenguaje. ¡Pero qué se yo! Estudié ingeniería, no letras... pero sí oratoria.

Rescato el segundo discurso de la protagonista y especialmente la siguiente línea, que por supuesto no podrían entender el sentido de esta sin oír el citado discurso.