Pasos perdidos
Los pasos perdidos de la mujer que andaba por la playa,
por aquella de arena clara y azules aguas,
se alejaban hacia la soledad,
cada vez más adentro,
poco a poco más allá.
poco a poco más allá.
Sus pensamientos agitan el mar que baña la bahía,
con cada uno de ellos las olas rompen la quietud del azul horizonte,
y hasta en el cielo sopla el viento hasta alejar cualquier otra vida.
Pero su firmeza sólo es superada por el dolor que siente en la lejanía de su amado,
por el ocaso que su partida dejó en su propio mundo,
por el complemento ausente que no volverá.
Y cuando parecía que se lanzaría al profundo mar,
alzó sus manos abiertas hasta su boca,
gritando el nombre que no se había atrevido a pronunciar:
¡Odiseo! !Odiseo! ¡Odiseo!
Después,
la paz volvió a la bahía,
las aves regresaron,
los peces se acercaron,
y Penélope lloró.
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