Crítica a Glass

Sólo han pasado 17 días del nuevo año y ya tenemos la  primera gran decepción en la pantalla grande. Lo diré sutilmente: esta es una película que acompaña a las palomitas y a la gaseosa, no al revés. Nunca consumo palomitas en el cine pero, esta vez, por alguna casualidad del destino, sí consumí, para fortuna mía.

Atención: La siguiente reseña contiene avances de la película.


Como "Fragmentado" ("Split", 2016) era la predecesora de Glass, me animé a verla esperando un tema psicológico envuelto en suspenso; pero me encontré con una película sin identidad, al presente no sé si es suspenso, comedia o superhéroes.

El punto fuerte donde todos concidimos es el reparto, aunque a Bruce Willis no le dieron muchas líneas, pero siempre es un gusto ver sus trabajos. Por supuesto la actuación de McAvoy es destacable, aunque ya no impactó. Fuera de esto, lo demás es olvidable.

Resultó muy predecible que Elijah Price (Samuel L. Jackson) estaba fingiendo. Pero el desarrollo de Kevin (no la actuación de James McAvoy) ha sido para el olvido, porque se alejó de su perfil misterioso, yo ya no encontraba interés en las apariciones de sus alter ego porque cambiaba con demasiada velocidad entre ellos, resultando cómico y aburrido.

"La bestia" apareció tantas veces que le perdí el respeto; desapareció completamente el halo de misterio que envolvía a esta personalidad. La ambientación ha sido otro error, porque la abundancia de luz no permitía llenar la atmósfera con suspenso; pero bueno, la película perdió el norte psicológico a los veinte minutos.

En resumen, los primeros veinte avanzaron con fuerza; diez minutos después se hundió en un foso más profundo que el de Las Marianas, para mejorar levemente la siguiente media hora, estancándose en ese ritmo mediocre hasta el final, cuando mis esperanzas de presenciar un trabajo serio las tiré junto con el envase de las palomitas. Simple: acepté la realidad de que esta es otra película básica.

Otro detalle imposible de creer es que a Kevin no se le haya ocurrido cerrar sus párpados para que los destellos de luz no le afecten y pueda cruzar hasta la puerta. Tampoco noté la forma en que Elijah conseguía salir de su habitación.

Pero el desenlace merece un párrafo aparte, porque es el final más absurdo que he visto en años. Tanta maraña para venir con el rollo ese de que hay superhéroes entre nosotros, o que tenemos superpoderes ocultos; parecía una película de motivación o autosuperación, creo que Shyamalan se leyó muchos libros de Paulo Coehlo. Y para rematarlo, resultó que hay una conspiración de cierta élite moralista contra ellos. ¡Por dios, qué estupidez!

Honestamente, Glass debió terminar después de que "la bestia" y David cayeron por la ventana, en el minuto 20.