Muchas de las personas con las que he conversado de mi creencia y realidad espiritual, religiosa o metafísica, terminan mirándome mal o teniéndome miedo. ¡Uy! Decirle a alguien que depende de lo que esta persona crea sobre lo que es su dios, para recién decirle si creo o no en ese dios, es incomprensible para ellas; a veces pagaría por ver estas reacciones. Con el tiempo aprendí a callar lo que sé, vivo y pienso, pues sentir el rechazo de las personas en general, no es algo que yo quiero. Por años busqué una mujer con estas convicciones, pero nunca hallé una. Esto es —claramente— mi más profundo anhelo: la unión de mi vida espiritual y amorosa . Por esto, he querido copiar algunas líneas de un libro, que resumen claramente lo que siento y pienso. Como siempre, no escribo de teorías o alucinaciones; prácticamente todo lo que trate de amor, espiritualidad, metafísica o afines, es algo que he vivido o estoy viviendo. Si cuento todo esto, no es para recibir consuelo o para...