Negra recurrencia
La magia de la noche desapareció bajo una luna creciente, oculta tras un manto de nubes que se niega a pasar.
He caminado hasta la misma plaza, hasta la misma banca, para encontrarla vacía una vez más. Frente a la pileta estoy sentado; del otro lado, un parlante inunda el ambiente con baladas en inglés de una época pasada, nostálgicas son las canciones que llegan hasta mi, trayéndome el sabor del recuerdo, para sentir la tristeza de un sueño que no comenzará, de una ilusión que debo enterrar.
He caminado hasta la misma plaza, hasta la misma banca, para encontrarla vacía una vez más. Frente a la pileta estoy sentado; del otro lado, un parlante inunda el ambiente con baladas en inglés de una época pasada, nostálgicas son las canciones que llegan hasta mi, trayéndome el sabor del recuerdo, para sentir la tristeza de un sueño que no comenzará, de una ilusión que debo enterrar.
Guardo ya sin esperanza, versos de infinita felicidad, de incontables días de dicha y de un bello sol que alumbra un arco iris que atraviesa el valle de la casa de campo que jamás llegaré a levantar.
Sí, la melancolía ha regresado nuevamente a mi vida. El año apenas comienza, pero ya sé como terminará. Un nuevo fin de semana, de otro mes más, me encuentro escribiendo páginas tristes, extinguiéndome en silencio, como un suave lirio que se ahoga con el suspiro de un negro destino, que se asemeja a un goliat.
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