Me niegas tanto amor
En la misma rutina diaria, mi mente está presa; pues, en el amanecer de cada día, me pregunto: si a mi lado tú estarás; y por la noches, sin la compañía de tu cuerpo, mis brazos se enfrían.
Una carta escribirte yo quisiera; de mi vida contarte es mi interés; sentimientos que por ti yo tengo y anhelos de vivir contigo quisiera. Más, cuando en mis manos, el papel está, mi sueño desvanecido queda, pues en la memoria yo tengo, el recuerdo de tu indiferencia y el juego que para ti, mis intenciones significan.
Ausente de mis días estás. Desde la lejanía tus recuerdos observo, como a quien nada arrebatarle podrás. Inalcanzable en mi sueños eres; todavía más, cuando despierto y tu no estás.
Profunda es la grieta que atravieza mi corazón; que, como el desierto, de su aridez participa, en la carencia de tu dulzura, sin la fuente viva que tu amor brindaría. El deseo es tanto, que dormido en tus regazo, mi cabeza descansaría. El sol del mediodía me alumbra, ¡con qué fresco a la sombra de tu amor viviría!
De la vertiente prístina que no me alimenta, estoy negado. Del cobijo que tu aura me esconde, la tormenta se aprovecha. Del amor que me niegas, de la vida misma que te llevaste, la muerte acaricia.
Participar de tu vida yo quiero, pero, se me parte el alma cuando me dices que de ti, no soy.
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