Crítica a Creed III

A pesar de asistir al último horario, donde se espera encontrar como máximo 10 ó 15 personas, hubieron más de 20 y eran muy ruidosas. Horrible experiencia.

Lo que más rescato de la película es el despliegue de cámaras y las escenas de pelea y entrenamiento, que sí resultaron creíbles y sin llegar a las exageraciones a las que nos tenía acostumbrado Rocky.

También destaco la música, que me gustó, sí la sentí, sí acompañó bien los momentos. Pero retomar las notas que solo le pertenecen a Rocky, no me gustó.

Los personajes tienen una historia simpática pero típica, aunque más trabajada que en otras películas del género. Pero ni con esto se salva la película de tener un argumento típico, sencillo y sin ambición.

El desarrollo del drama no es convincente. La forma en que Damian Anderson (Majors) alcanza su meta es algo que yo nunca vi en la vida real. No es creíble. No tiene sentido. Es lo peor de Creed III.

Tampoco entendí cuál es el sentido de mostrar tantas veces a la familia de Adonis Creed, como tratando de distraer al público con emociones familiares, en lugar de llevar al público a la reflexión con el tema que pudieron explotar y que solo fue mencionado en su superficie. Después de todo, quienes vamos a ver una película de box, no deseamos ver un drama familiar tratado hasta el cansancio. Es más, a nadie en la sale le interesó. Queda esa sensación de vacío que se cubrió con sentimentalismo.

6/10. Recomendable, pero no apto para niños.