Crítica a El regreso de Mary Poppins


Sólo hay que volar... es el mensaje en El regreso de Mary Poppins. Y con volar se refiere a dejar que fluya la inocencia de un niño en nosotros.

Regularmente no veo películas orientadas a los menores de la casa, pero hice la excepción tratándose de Emily Blunt, mi imposible amor. El asunto es que la película tiene ese aire fantasioso, con un mensaje que puede entenderse por todos.

Las actuaciones estuvieron muy bien, y aunque Emily Blunt hizo un gran esfuerzo, la letra de cualquiera de las canciones resulta incomprensible; son tan largas que ni un adulto podría haber grabado en su memoria (o entendido) al menos dos líneas de estas. Las escenas del tema final estuvieron muy bien.

La animación y los efectos especiales estuvieron impecables. Los escenarios y la fotografía de primera. El desarrollo del argumento sin mayor espectativa, porque el final lo preveíamos todos desde los primeros 20 minutos.

En sí la película no es mala, es entretenida si tienes alma de niño, pero a mí me aburrió un pocotón.¡Ahhhh! Sólo Emily Blunt me ayudó a llegar hasta el final...

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