Ángel

Quise amarte... y te amé, en el día y en la noche, a tu cuerpo y a tu ser. Llegué a tu vida cuando el sol comenzaba a alzarce por las montañas, y las sombras de la ignorancia se alejaban con rapidez.

Porque no te encontraba entre los vivos, te busqué entre los muertos; y entre los desfallecidos yacía mi pasado. Eres tú quien me devuelve a la vida, pero es con tu sonrisa que me ilusiono otra vez.

En mis manos siento el arte de tu figura cuando acaricio tu delicada piel. De tu boca, el aliento fluye como poesía desencadenada, o como prosa romántica que me invita a amarte.

Cuando te besé perdí mi cordura entre tus tibios labios. Pero fue con la mirada que lanzaste sobre mis ojos perdidos, que desnudaste mi alma, permaneciendo para siempre en ti.

Carlos Ramirez: "Richard Clayderman - Lys River"