Soy tan feliz cuando bailas conmigo
—Un Red Bull y una piña colada sin alcohol, por favor.— Le dije a la señorita que amablemente nos sonreía. Después de libar dos veces, nos aburrimos y saltamos a la pista.
La noche avanzaba en intensidad con los huaynos y las sayas que no dejaban de sonar. Varios minutos después cambió el ritmo hasta sonar It's my life, que nos animó a saltar y a cantar.
De pronto tus ojitos bonitos llamaron mi atención, te vi concentrada en seguir el ritmo con tus pies y tus manos, pues no descubriste mi curiosa mirada o mis enormes deseos de abrazarte.
¡Oh! La noche se terminaba y ningún ritmo lento me daba la oportunidad. Pero soy paciente, no vivo esperando el futuro, el presente vale más. Bailamos y cantamos hasta agotar nuestros músculos, aunque los del rostro siguieron sonríendo después que el gallo cantó.
Y cuando nos dormimos, en nuestros sueños el DJ nos dedicó una canción, una llena de juventud y de magia que nos unió.
Si tan hermosa composición fuera una copa, ya habría desbordado de amor. Me encantó. bravo Dani.
ResponderBorrarEl tiempo junto a ti es el más esperado durante el día mi amor.
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