Secreto
mañana, bajo la luna llena,
la romperé y la tiraré
a la corriente fría.
Escribía unas líneas
contando mi dolor,
no por una mujer alejada,
o si mi corazón le siguió.
Sucedió en una montaña perdida
donde descubrí su secreto:
una niña negada,
envuelta en su silencio.
Después quedé atado al pasado,
como ese viejo árbol
que estando marchito,
se quedó en un huerto olvidado.
Sin ella, la fe se extinguió,
y sin esta, ese dios se desvaneció.
A ella aún la espero,
y sin esta, ese dios se desvaneció.
A ella aún la espero,
nunca le dije adiós.
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