Esta tarde vi llover
Cuando caminaba por las calles de la ciudad, en un domingo otoñal, el cielo celeste se volvió gris, las nubes ensombrecieron la ciudad, el sol se escondió detrás de estas, cuando me sentaba a descansar.
Así fue con tu amor, que en una tarde desapareció mientras te esperaba sentado, en la banca de una avenida un poco olvidada.
Cerca al crepúsculo, tres o cuatro relámpagos anunciaron la tempestad.
Las golondrinas dejaron de silbar, los perros se escondieron entre los árboles de la alameda y la gente toda, se cubrió con oscuros paraguas; otros menos afortunados corrieron a cobijarse dentro de algún transporte, o bajo techos que sobresalen de las tiendas o casas del lugar.
La lluvia cae y yo, mientras espero tu llegada, me bañé con tu soledad. Y ante este abandono, comprendí que ya nunca volverás.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrar