Volaré
¡Ay de mi amor! ¿Dónde estarás ahora? Porque observo el pie del volcán y ya no te encuentro.
Si la mirada de mis ojos, como largos taladros que perforan la montaña, atravesaría el macizo sólo por tenerte dentro de mi panorama.
La noche es oscura, la luna no te alumbra; hasta las estrellas que dibujan un sendero que me conduce hasta tu ser, se quedaron ocultas en la profundidad de la neblina.
Y mientras indagaba desde la cornisa de mi tejado, un pájaro aleteó desde la distancia, un can aulló gravemente y una mujer gritó desesperada, cuando mi cuerpo desplegó sus alas, para lanzarse al viento y volar hasta el umbral de tu ventana.
Siempre estuve a tu lado amor mío, cada latido de mi corazón pronunció tu nombre y cada poro mío añoró tu presencia. Acaso hay dicha mas grande que ésta? Saberme siempre tuya y sentirte mío. RJ.
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