Primer beso
Mírame, soy yo, el que te ama, aquella persona que pidió tu permiso para besarte un martes por la madrugada. Sólo han pasado unas semanas desde aquel día pero, ahora, ese momento se perdió en el tiempo.
Los años, las décadas, transcurrieron por mi sendero sin dejar huella en mi corazón; fueron tantas las veces que preferí no seguir, buscando un escape para ahorrarme el trabajo de vivir, pues ha sido insulso este camino, infértil y sin motivo, vagando sin cesar, esperando el instante cuando por fin, me marche para volver jamás.
Desde que te conocí, se agitó en mí una enterrada semilla, como si el agua de tu virtud inundase un páramo olvidado. Puedo decir que cuando reímos, el mundo parece perfecto; cuando jugamos, la magia ha llegado; cuando nos besamos, confío mis sentimientos en los tuyos y deseo solamente estar a tu lado.
He seguido buscando entre las estrellas, alguna de ellas que me recuerde a ti; entonces descubrí en venus, un planeta que sólo algunas madrugadas, brilla como ninguno, pero se alza en el firmamento nocturno, como tú presencia lo hace en mí.
Revivir ese primer beso, ese primer abrazo, descubrir tu inocencia e inmortalizar el momento en el espacio, para contemplar juntos el pasado, viviendo en el presente y añorando aquel futuro, que ya tenemos planeado.
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