Crítica Alien: Covenant

Ya tenía un tiempo sin escribir reseñas o críticas sobre las películas que veo en el cine, pero como no llegaba la inspiración para escribir prosa, se me ocurrió preparar esta pequeña sátira, a modo de rellenar mi blog.

Alien: Covenant cumple con entretener y debemos pensar sólo en esto, en nada más. Con esta perspectiva, nuestra inversión en entradas y popcorn se verá redituada; y si la compañía es una damita simpática de brillante mirada y labios rojos que se apretuja entre tus brazos... ¡pues ya está! ¡el peliculón del año!

Nunca me siento en la última fila, pero esta vez no tuve opciones, resulta que ahora voy acompañado al cine y debo pensar en dos, no en uno. Les cuento que delante mío estaba una pareja, que en cuanto acabaron su popcorn —en los 15 primeros minutos de película— comenzaron a besarse y no terminarían hasta que se prendieron las luces, llegué a contar 3 caídas del celular de alguno de ellos, o sea la cosa estuvo buena. Yo miraba a mi enamorada y me preguntaba: "¿Para qué me trajo a la última fila si no me besa? ¿Desde cuándo es tan pudorosa?" Pero mi compañía estuvo de lujo, me gusta ir al cine a ver la película, no me gusta que me distraigan.

Otra anécdota interesante: dos jóvenes maduros se sentaron con su popcorn gigante y recarbable, durante las tandas comerciales previas al inicio de la película, pero justamente antes de iniciar esta, ambos salieron corriendo a recargar el envase, que fácilmente es para 4 litros. Si alguien no sabía el significado de la palabra gula, ahora ya lo sabe.

Entrando al tema: la película es visualmente atractiva, los efectos son muy creíbles, excepto cuando se ve a la versión alien nacida de "una madre"; por lo demás, los escenarios y las naves estaban bien realizadas. Fassbender tuvo una buena actuación, realmente parecía androide; pero el resto de los personajes no me gustaron: Waterston no convence, no tenía carácter, se le ve llorosa todo el tiempo y no adquiere el peso del personaje que interpretó Weaver, en Alien: El octavo pasajero. Los demás están de relleno.

Increíble me pareció que la tripulación decidiera desviarse a un planeta no planificado, eso me dice que eran muy volubles o no estaban preparados para su trabajo.

Uno se pregunta: ¿cómo es posible que la humanidad ya pueda hacer viajes espaciales de una galaxia a otra y todavía se utilicen armas de munición?

No me gustó el guión, le faltó profundidad y el argumento era pobre, no como el chispaso en Prometeo, cuando David le pregunta a Holloway "¿por qué me crearon? Porque podíamos hacerlo" o algo así, el asunto es que hay una temática entre divinidad y casualidad.

Me disgustó que este alien sea una criatura domable, asequible, capaz de comunicarse amablemente con otras criaturas (si acaso un androide califica como criatura), pero después de ver vampiros enamorados, no me sorprendería que alien sea una ternurita... ¡por dios!

Otro misterio que sí le baja puntos a la película, es que alien se desarrolla con una velocidad impresionante, pues en cuestión de horas, de tener medio de altura, este chaparro excede los dos metros sin alimentarse. Lo que hubiera dado por tener el metabolismo de alien cuando era un niño, hoy pasaría el metro y medio que tengo actualmente.

Olvidaba el final, el asunto ese de que alien es atravesado por una maquinaria... ja ja ja. ¡Qué ridículo!

Como leí por ahí, esta nueva película de la saga Alien, más parece la segunda parte de Prometeo, siendo el mounstrito alien, simplemente una forma de vendernos entradas o de apachurrarnos con la novia. Más es una película de aventura espacial, no hay mayor suspenso, excepto en un par de ocasiones.

Pero aún con todos estos disparates, vale la pena pagar algunos soles en el día del espectador o usar las entradas promocionales, pues no pagaría los S/14 (4 euros) de una entrada normal, y no porque sea tacaño mmm.... pensándolo bien, creo que sí soy tacaño, sólo pago cuando una película tiene profundidad en el argumento, caso Inception.

Y al dejar del cine no quedó la emoción dentro, como por ejemplo cuando salí de ver Los Mercenarios (The Expendables), recuerdo que tenía ganas de pelear contra los malos, incluso llegué a pegarle a alguna ocasional pared, con el consiguiente dolor en los nudillos y una furtiva lágrima que  no se negó a caer por mi mejilla...