Contradicciones que encontramos en la vida diaria
Hay tres contradicciones que en estos años descubrí y que me planteé escribirlas en el blog hace algún tiempo; pero no es hasta esta noche que me animé hacerlo.
He visto en algunas ocaciones, grupos de 2, 3 ó 4 personas llegando a una cafetería guiados por uno de ellos, quien siempre tiene un trato más impersonal y comedido, vestido formalmente de saco y cargando un maletín u hojas bajo el brazo. Después todos se sientan y quien los guía toma sitio frentre a los demás. Inmediatamente el hombre comienza a hablarles a los demás de una gran oportunidad comercial, que no puedo detallar porque no llego a oír la conversación; sin embargo, parece que se explaya en los beneficios y oportunidades de algún producto que se vende bajo el sistema multinivel. Entonces se acerca el mozo a tomar el pedido, ahí es cuando todos piden un café con algún postre ligero, mientras el que habla de negocios no hace pedido, si acaso alguna vez solicitó un café americano o una infusión. Yo me pregunto: ¿Está hablándoles de ganar dinero pero solo pide el producto más económico de la carta?
Las sopas se disfrutan no solo cuando su sabor es agradable, también cuando sus ingredientes se pueden ingerir fácilmente con el cubiero indicado para una sopa: la cuchara. Lamentablemente muchos lugares de comida tienen la mala costumbre de servir un plato de sopa con tallarines o fideos largos sin partir, de tal forma que cuando quieres coger los fideos con cuchara, pasa lo que tiene que pasar: te salpica la sopa a la ropa y a la mesa, te ensucias más que los labios y todavía brindas un espectáculo a los demás comensales cuando termias por sorber el bendito fideo... ¿Pero dónde está la contradicción? Cuando estos mismos lugares te sirven el plato de fondo con fideos cortos y solo queda el tenedor sobre la mesa.
Otra contradicción la descubrí en una temporada cuando no podía conciliar el sueño naturalmente; decidí probar diversas alternativas para invocar sobre mí los poderes de Morfeo, dios griego del sueño. Así, en algún momento busqué videos con música especial para dormir, pero lo curioso es que varios de estos prometían conciliar el sueño del oyente en menos de 5 minutos, pero el video duraba más de 11 horas.
Lo de los videos para dormir son lo que tiene menos sentido para mi
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