Crítica a La Sociedad de la Nieve

No era fácil sorprender y lograr novedad con un tema ya conocido y representado al menos dos veces más en la pantalla chica, más aún cuando el dilema moral conocido de la historia contada en la película, es de menor relevancia en la actualidad.

Sin embargo el director Bayona, lo consiguió.

Decir que los 15 primeros minutos son impactantes y que lo que sigue no decae, es decir poco de la película. Veamos.

No esperaba semejante calidad en el trabajo de los efectos visuales y sonoros. La fotografía y las tomas con las cámaras son espectaculares. En este concepto, se recomienda para pantallas grandes, que es el estándar en la actualidad, pero sin ninguna duda la mejor sensación se captura en el cine. Y es que esa escena de los picos en los Andes contrastada con el cielo nocturno estrellado, para mí es la fotografía del año.

El vestuario consigue la atmósfera setentera, pero recalco que no era dificil de lograr cuando el escenario principal es el medio ambiente y los personajes van muriendo. No hay spoiler porque el tema tiene 50 años de antigüedad y ya hay otras películas con los mismos sucesos.

Los actores realmente parecen un grupo de amigos jóvenes latinos unidos por el deporte y la constancia del trato diario. Todos ellos parace que trabajarían hasta por solo un asado diario, porque se les ve el ánimo de hacer su mejor esfuerzo. No es que destaquen, pero lo hacen bien. El trabajo de Enzo Vogrincic como Numa Turcatti es natural y creíble, sobre él recae la narración aunque sea en off.

Justamente la narración nos deja sorpresas y nos ayuda a entender las vivencias y pensamientos de los sobrevivientes. No es de mi agrado la narración en off, pero podría ayudar a los menos entendidos en la historia.

No me gustó la música, pasó sin pena ni gloria. En tanto el guión es destacable por su reflexión y humanismo, pero más al estilo sofista que filosófico, más adornado que profundo; digamos que dentro de lo básico es destacable, pero se pierde la oportunidad de hacer historia. Faltó llegar hasta el existencialismo de Sartré o cerrar el ciclo como lo hizo Camus en La Peste. Quizás exagero, pero es lo que me hubiese gustado de una película de este calibre.

La Dirección muestra maestría en lo que vemos, oímos y sentimos, no tanto en lo que pensamos. Porque no hay gratuidad ni "fan service", aquí se cuenta una historia, y se cuenta bien. Las escenas se suceden muy bien, pensadas y entralazadas de forma tal que entendemos el reto humano al que se ve sometido el grupo. Cada encuentro grupal íntimo en medio de la adversidad, sometidos a la potencia de la naturaleza, es una oportunidad para hacer mejores escenas. Y alguna magnífica. Quizás el metraje de la película es algo excesivo. pero resta casi nada.

Como dije al inicio, el dilema moral que hizo popular esta historia hace 50 años ya no tiene cabida en la actualidad, porque cada década que pasa tenemos menos tabúes. La religión y la espiritualidad es cada año menos relevante en nuestras vidas. Además en esta época la genta empatiza con los perritos y concuerda con la decidia de afrontar la vida, que nunca, ni ahora, fue sencilla.

No esperaba semejante calidad en las últimas tres semanas del año. Y eso que es una película de bajo presupuesto.

8.5/10. Sin duda es un firme retador a la mejor película del año, entre otros premios. Para mí ya ganó.