Miradas al horizonte
La vida no carece de ironías y, algunas veces, estas llegan a ser crueles. El tiempo no ayuda porque el tiempo no avanza, mas bien corre como alma que lleva el diablo. Un día crees y al otro ya no.
Las emociones contenidas que fluyen por nuestras venas hasta deformarse en sueños irrealizables, regresan repentinamente como imágenes en la mente, solo para obligarnos a esconder nuestros ojos en el lugar más lejano al que nunca llegaremos... ¡Esas! Son las que nunca transmutan a palabras, las que no se liberaron al viento, expresándose solo como miradas tristes y nada más.
Y el amor imposible es, como no podría ser de otra forma, uno de los sueños que nos cierra la boca, que nos deja sin aliento, llevándose la mirada —tan— lejos, que se extravía en el horizonte.
Dicen que del amor no se vive, ma io vivo per lei...


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