Crítica a Chavín de Huántar: El rescate del siglo

La película es honesta al decir claramente desde el primer minuto, que está inspirada en hechos reales, por tanto no es un documental y no se le puede juzgar como tal.

Se puede marcar la operación Chavín de Huántar del 22 de abril de 1997, como la fecha cuando casi todos los peruanos estuvimos orgullosos de nuestras Fuerzas Armadas. Hoy, 29 años después, estas mismas instituciones son consideradas —subjetivamente por alguna parte de la población— como corruptas e ineficientes.

Arrancamos con la crítica y, vamos a ser sinceros desde un principio, la película es mediocre.

La dirección de cámaras es tan mala, que buena parte de la cinta se pierde en tomas muy cerradas o erráticas; hasta llegan a desaprovechar tomas que debieron ser desde abajo o desde arriba, para ensalzar personajes o momentos.

Pero tanto o más grave que lo anterior, es un libreto plano que transcurre por un solo carril y en un solo sentido, sin subtramas, sin contarnos más sobre los personajes y sus motivaciones, sin un antes y sin un después.

El resultado es una historia soporífera, que transcurre forzadamente en un ambiente lento de diálogos sin profundidad, con protagonistas incapaces de proyectar emociones sinceras o alguna empatía, salvo por la empatía que ya teníamos hacia los comandos, quienes vivimos esos meses turbulentos de 1997.

¡Por dios!  Pudieron entregarnos el contexto nacional, drama bien actuado, diálogo inteligente, ético y posturas ideológicas durante esos 60 minutos; pero no, prefieron darnos sueño.

(Y no quería decirlo, pero  me dormí un par de minutos. Es la primera vez que me sucede en el cine.) 

No me gustó que solo se haya considerado al Teniente Coronel Juan Valer, porque los que vivimos esa época sabemos que fallecieron dos comandos. Aquí te recuerdo quién es el otro héroe, que murió por efectos de una granada:

Capitán Raúl Gustavo Jiménez Chávez

Finalmente, lo rescatable de la película y la "carnecita" por lo que sí vale la pena asistir, es por la última media hora, que sin ser de lo mejor, contrasta gratamente con los anteriores 60 minutos. Pero hasta en esto fallaron con el trabajo en cámaras. También con la escasa inteligencia para aprovechar escenas; como aquella cuando la Sra. Valer recibe la fatal llamada. ¿Por qué no se les ocurrió trasladar (o inventar) una escena donde el Presidente o el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, le comunica directamente a la Sra. Valer, el deceso de su esposo? Si se contaba el drama desde Juan Valer, ¿porqué no se vio su sepelio o su epitafio? ¿Y para qué incluyeron al hijo de Juan Valer en esa escena tan insípida? ¡Qué falta de respeto a la familia del héroe!

Tengo más ideas para mejorar la película, pero no quiero regalar mi creatividad... 

5.5/10. Un pasaje histórico contado por un contemporáneo, no por el "abuelo".

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