À la Volonté du Peuple
"La libertad guiando al pueblo". Eugène Delacroix, 1830. |
1848. La revolución regresó a las calles de París. En un lado está la monarquía absolutista, que desea conservar el poder total de la nación; por el otro lado, tras barricadas, los obreros, campesinos, estudiantes y la Guardia Nacional, dirigidos por intelectuales y pequeños burgueses, todos dispuestos a cambiar el régimen, por una sociedad democrática y para terminar con la crisis económica, industrial y financiera.
El pueblo está dispuesto a morir buscando su libertad; y el absolutimo está dispuesto a matar para conservar el poder. Pero al tercer día, el Rey Luis Felipe I huye de Francia y se proclamó la II República, consiguiendo principalmente, el sufragio universal, eliminando la esclavitud y reduciendo la jornada laboral.
Pero no durará mucho tiempo el júbilo revolucionario, porque antes de 4 años, un nuevo emperador llegará al poder, aunque será la última monarquía de ese -por entonces- agitado país.
Atrás en el tiempo, en 1830, las clases populares y media, con el apoyo de la Guardia Nacional, se revelan contra el autocrático gobierno de Carlos X, que es vencido en 3 días y obligado a abdicar. En su lugar es coronado Luis Felipe I, bajo una nueva Constitución y no como derecho divino, sinó como voluntad del pueblo.
Aquellos años de la sangrientra revolución de 1789, fueron los primeros de casi un siglo de luchas internas hasta llegar a conseguir un estado de derecho. Esta fué la historia anterior a la Francia que hoy conocemos. De un mundo de pobreza, desigualdad y miseria, resurgieron hasta ser potencias mundiales.
1862. Quien sabe si Victor Hugo intentó reflejar esto en Jean Valjean, quien de ser un mendigo que robara una hogaza de pan para alimentar a su familia, fué hecho prisionero fatalmente hasta por 19 años, para luego seguir la vida de un vulgar ladrón hasta tomar conciencia de si mismo, convertirse en próspero ciudadano y finalmente, como un padre redimido y llorado por el amor de su vida, su hija adoptiva Cosette.
Lo que si nos queda claro, es que Los Miserables es una obra magnífica que retrata la pesada vida de la mayoría de la población de su época. Nos muestra un gobierno duro, una sociedad fría y abusiva, pero donde, al igual que en la Caja de Pandora, la esperanza será lo último que se pierda, porque todos podemos cambiar para mejor; es decir, podemos revolucionar nuestras existencias.
1870. Luego de decretarse la III República Francesa y terminar con la monarquía, todas los valientes anónimos que dejaron su sangre al pie del Sena, descansan como lo hace Jean Valjean:
1870. Luego de decretarse la III República Francesa y terminar con la monarquía, todas los valientes anónimos que dejaron su sangre al pie del Sena, descansan como lo hace Jean Valjean:
En el cementerio Padre Lachaise, cerca de la fosa común y lejos del barrio elegante de esa ciudad de sepulcros, lejos de todas esas tumbas a la moda, en un lugar solitario, al pie de un antiguo muro, bajo un gran tejo por el cual trepan las enredaderas de campanillas en medio del musgo, hay una piedra. (...)Ningún nombre se lee en ella. Pero hace muchos años, una mano escribió allí con lápiz estos cuatro versos que se fueron volviendo poco a poco ilegibles a causa de la lluvia y del polvo, y que probablemente ya se habrán borrado:Duerme. Aunque la suerte fue con él tan extraña,El vivía. Murió cuando no tuvo más a su ángel.La muerte simplemente llegó,Como la noche se hace cuando el día se va.
Tupac Amaru II |
1780. Tupac Amaru II inicia el mayor movimiento indígenista libertario de América, aunque no duró más que unos meses, al ser víctima de la traición de los suyos. Hoy nadie lo recuerda ni lo estudian en los colegios, es una figura olvidada por ser mestizo y descendiente Inca. Este es el Perú, un país mestizo que anhela ser occidental y que se avergüenza de las civilizaciones indígenas que habitaron estas tierras.
Muchos próceres y precursores, especialmente de la región de Tacna, intentaron liberar estas tierras del dominio español, que era un dominio de terror, abuso y esclavitud. Ciertamente, nada bueno dejaron estos españoles. La peor mentira que me enseñaron, es que ellos nos heredaron algo maravilloso: su religión; si, esa que mató miles de personas en hogueras y lideró guerras "santas". Ahora se dice que los Musulmanes son terroristas, pero no se acuerdan que por muchos siglos la Iglesia Católica fué el mismo terror y madre bastarda de la ignorancia.
Quizá, el hecho que Perú se formara por una cruzada independentista iniciada en Argentina y Venezuela, definiera nuestra actual falta de identidad; nunca tuvimos el valor de ser artífices de nuestra propia libertad, de aceptar la responsabilidad de ser libres.
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