Dedicado para todas esas personas que sufran cualquier tipo de maltratos, ya sea físico o psicológico

"Para mamá ¿no ves que me haces daño?", le gritaba mientras me pegaba, pero mamá no escuchaba nada, estaba tan borracha que seguía pegándome todo lo fuerte que podía.
Todas las noches le rezaba a Dios para que mamá no bebiera, pero creo que Dios se tapaba las orejas para no escucharme. Yo era muy pequeño y no entendía porque me pegaba ¿qué le había hecho yo?

Ella me pegaba y yo, en cambio, me preocupaba para que no le pasara nada mientras se tomaba una copa detrás de otra, “tranquilo hijo esto me relaja”, esa era la maldita frase que siempre decía. Y vaya que si le relajaba, casi todas las noches eran iguales, o me pegaba y se iba a la cama, o se quedaba dormida encima de sus vómitos.

Lo gracioso es que siempre iba a buscarme al colegio con aquellas gafas de sol y su sonrisa de oreja a oreja, me daba un beso en la mejilla y actuaba como si nada hubiera pasado. Y yo era tan tonto que tan solo con aquel beso ya me hacia sentir mejor. Pero era tan solo un espejismo, cuando llegábamos a casa ella empezaba a comer junto conmigo y en ese momento sacaba su nueva botella de alcohol, era como si aquellas botellas nunca se acababan porque siempre tenía una a mano.

Siempre pensé que mi madre era rica pero que va, cuando crecí me di cuenta de que era una prostituta de lujo, le bastaba con sobársela a dos viejos al mes para ganar lo que cualquier padre de familia gana en tres meses.

Cuando eres niño no te das cuenta de las cosas pero cuando creces lo entiendes todo y es cuando de verdad todo lo que te rodea te desilusiona. Nunca conocí a mi padre, seguramente soy el hijo de uno de los muchos cerdos asquerosos y multimillonarios con el que se acostó mi madre. Pero lo más gracioso es que siempre quise a mi madre, siempre la quise a pesar de todo el daño que me hizo.

Quizás mi madre fue la culpable de que yo me convirtiera en lo que soy ahora. A pesar de que mi madre fue la persona que yo mas he querido en este mundo, no pude incumplir la promesa que me hice a mi mismo de pequeñito. Cuando tuviera suficiente fuerza y valor para matar a mi madre la mataría, y así hice, con 14 años cogí aquel cuchillo y le raje la garganta de lado a lado. Recuerdo que mi madre se desangraba mientras yo lloraba y gritaba “lo siento mama”.

Ahora tengo 16 años y estoy escribiendo mi carta de despedida antes de ahorcarme. Llevo 2 años en este infierno llamado reformatorio y ya estoy harto de sufrir, sufría cuando estaba libre junto a mi madre y sufro ahora encerrado en este lugar. Ya no aguanto más palizas, ya no aguanto más violaciones, lo siento pero no me queda otra alternativa, aun me quedan dos años aquí y unos cuantos mas en la cárcel. Creo que no me merezco este castigo así que espero que sea verdad eso que pone la Biblia de que hay un paraíso.

Un simple niño que nunca supo que era la felicidad.

POSTDATA: Esto no es una historia real sobre mi, que conste que mis padres son unos padres adorables que siempre me han dado todo lo que han podida y más ¡los quiero mucho papis!. Es tan solo una historia inventada, pero aunque sea inventada, habrá muchos casos reales que puedan coincidir de alguna manera con mi historia. Y mi pregunta es, ¿Cómo los padres llegan hasta tal punto con sus hijos? Nunca deberíamos levantarle la mano a nadie y mucho menos a nuestros hijos. Espero que algún día se den cuenta de que los niños son el futuro. Cuida a tus hijos y pasa el suficiente tiempo con el, no creo que sea mucho pedir por su parte.

Enviado por Fresita

Comentarios

  1. Buenoo eso es lo que pasa en nuestra sociedad, hay casos asi que en realidad pasan!!!...personalmente cuando leo esto me hace acordar a esa serie "Mujeres asesinas", en realidad muuy fuerte pero es un llamado a la conciencia excelenteee!! te volviste a lucir Fresita ;)

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