Panem et circenses

Tres palabras acuñadas por el poeta Décimo Juvenal al finalizar el primer siglo del primer milenio (o 100 años después de Cristo), nos revelan la naturaleza de los políticos y población de la Roma de entonces, y de los de estas últimas décadas en Perú.

Actualmente a estas tres palabras se las interpreta como pan y circo para el pueblo.

¿Qué les parece? Eso sí les gusta, ¿no?

Porque no es difícil descubrir, cuando preguntas en las calles si el dinero de las arcas públicas está bien invertido en estadios, que la respuesta siempre será un "sí". Y aún extendiendo esta limitada encuesta (o plebiscito) a pueblos pequeños donde se construyeron estadios o coliseos para peleas de gallos y afines, con capacidad para que toda la población local y la del pueblo vecino ingresen en esas graderías, la respuesta última es un "sí".

Y aunque esos pueblos no tienen veredes, pistas, agua potable y obras básicas, siguen construyendo monumentos, plazas, canchas de fútbol, celebrando fiestas por cualquier día, etc.

¡Es que son gente ignorante!

Pues no, salvo que todos en este país seamos ignorantes (y no lo digo filosóficamente). Porque ya vemos como la población "educada" de las ciudades sigue prefiriendo la política del asistencialismo, la "plata como cancha", el "devuélvanme mi dinero de las AFP", que nos brinden todo gratis, feriados no laborables, etc. En fin: el populismo.

El sistema de justicia es injusto, algunos de los Congresistas, sus asesores, la misma Presidenta de la República, funcionarios y trabajadores regionales y municipales y muchos más, acusados por corrupción, otros por nepotismo, otros por ambos. ¿Pero quién se salva de ser calificado de incompetente o ineficiente?

Si me remito  a los resultados, ya sabemos la respuesta.

Los delicuentes (y no me refiero a los que "parecen" estar en el Gobierno) de siempre y los recién llegados reinciden en sus latrocinios y asesinatos impunemente, porque no falta el o la Fiscal que los libera.

La gente tiene interés en que se solucionen estos problemas, pero más interés en que la selección de fútbol —al menos— empate un partido localmente y con esto ya están felices

Bien ahí con el conformismo y la mediocridad.

En algo nos importa que el país mejore, pero más nos importa aquello que mencionó Juvenal con sabias palabras, tan vigentes como eran en un prinicipio, hoy y siempre, por los siglos de los siglos:

panem et circenses.

¿Y cómo es en tu país? Cuéntanos en los comentarios.