Torata - Moquegua, Perú La noche está callada. Finalmente disfruto del sosiego de la afonía sin pronunciar alguna palabra, lejos de cualquier criatura. Solo estoy yo y nadie más. Y esto es lo mejor. No me malinterpreten, simplemente me gusta estar tranquilo, sin bullicio, sin gente. No pido favores y me disgusta que me los pidan. No entiendo a la sociedad y no deseo entenderla. La soledad está bien para mí. La oscuridad y el silencio es lo que le permite a mi mente volar muy lejos, quizás no tanto como volaba mi cuerpo astral, pero sí que va lejos. En noches como esta, puedo atar mis sentimientos a un ancla y tirarlo a donde me plazca, para dedicarme a escribir mientras mi corazón este contenido y pueda hallarlo al final de esa cadena, en un abisal. Todo lo quiero está aquí, en este momento; y ya nada más existe. El año termina, como todos los años. La vida se acorta, como todas las vidas. Desde un punto de vista particular, como si observara desde una colina apart...