Versos al anochecer
La noche me sorprendió en mi habitación, cubierto hasta mi garganta, encogido y de lado, mirando las paredes y las ventanas, con la luz apagada. Desde la calle, un lejano ladrido y algunos murmullos de ocasionales transeúntes rompían el silencio, mientras la tenue luz de las calles que hasta mi piso se colaban, me socorrían de la total oscuridad.